domingo, 18 de septiembre de 2016

CARTA DE UN EXPULSADO DEL ZINEMALDIA A LAS INSTITUCIONES QUE LO PATROCINAN


Nadie me puede quitar mi amor y entrega durante treinta años al Zinemaldia. Considero que es un lujo además de precioso tener un Festival del cine en la Ciudad. Siempre he sido crítico y he denunciado la mediocridad que yo consideraba o he alabado  lo que me ha apasionado de este evento. Me he pasado una vida en el Zinemadia. He informado, patrocinado, conocido gentes increíbles, hecho amigos, he cogido una enorme experiencia periodística y he llevado a los micrófonos a deslumbrantes hombres y mujeres del cine que muchos quisieran poder haber entrevistado. Yo conocí aquellos festivales de Franco, como estudiante en practicas, y los posteriores controvertidos y los más cercanos de recuperación de imagen y alcance de notoriedad. de la época de Galán.

Jamás pensé que, por opinar, un director un día me expulsaría y me llenaría de oprobio poniéndome en el punto de mira de todo el mundo: patrocinadores, compañeros de prensa, trabajadores del festival, empresas, colaboradores... todos le han debido pedir que me expulse o él así lo sobrentiende habida cuenta del ser monstruoso que debo resultar en sociedad. Incívico y maleducado, inadecuado para estar en un Festival de esta altura. Incluso refiriendo  a un amigo mío que insulto a las mujeres. Y por aquí ya no paso, que diga que he llamado eso a una mujer. Ni Franco me expulsó ni me difamaron de semejante modo.
Rebordinos se sacó de la manga que no he presentado mi "Memoria" resumen de mi trabajo del año pasado, que se la mandé por mi anterior correo que me lo quitó Telefónica porque mis lineas no son ya de esta empresa, y con este y nunca me respondieron. Mi trabajo es además público, está al alcance de cualquiera colgado en la Red.


La razón es muy otra. Ha sido decisión personal suya, enmascarada en algo inaudito e indenunciable. "Que las firmas protestaron de mí" me dijo Coro Santesteban por teléfono cuando pregunté interesándome por acreditarme para este año. La razón son las críticas que hago de Rebordinos, no ya porque el Festival se lo hacen en Toronto, sino por su sectarismo y discriminación insufrible hacia los periodistas de Tarjeta Verde. Ello hace corrupto al evento porque no todos podemos ir a informar a los mismos lugares ni tenemos los mismos privilegios para ejecutar nuestro digno trabajo. Según el color de la tarjeta.
En la rueda del filme sobre Paesa ("El hombre de las mil caras"), un periodista ya se lo tiró a la cara porque es escandalosa la humillación a la que someten, injustificadamente, a los periodistas de la tarjeta de ese color. Incluso se les persigue para detectar si están o no camuflados donde no les corresponde según el arbitrio y discrecional del Director y Jefa de Prensa que, a mí personalmente, Coro Santesteban, me dijo que es "a su discreción" como se confeccionan las listas de periodistas aptos o no para acudir a determinados eventos, y no hablo de fiestas o lúdicos, que también, hablo de prensa y de acontecimientos donde debemos informar. No me refiero a tarjetas amarillas, de fotógrafos exclusivamente, sino de prensa dividida en dos. Como esos encuentros de los bajos del Kursaal donde los que no están en la lista, no pueden acudir a entrevistar o saludar a gentes de los filmes del día, actores, productores.. etc. Un año, en el 20111, Montserrat Carulla, esposa de mi maestro en doblaje Don Felipe Peña, y la productora de "Urteberri on, amona!", tras entrevistarles en ese Hotel que está irreconocible hoy, me invitó a ir a este evento del Kursaal y para prensa con "Encuentros". Fue terrible, me expulsaron los guardas de muy malos modales. Yo no estaba en la lista. Y ese día vi, mientras yo era echado materialmente de los bajos del Kursaal, como Rebordinos comía canapés con un ansia y hambre que daban vergüenza ajena. ¡Esto es intolerable! Las Instituciones tienen que poner freno ya.


Es un verdadero maltrato psicológico y afrenta la que se da con humillación inenarrable  a los menesterosos y muy dignos representantes de prensa de la Tarjeta Verde; que son la mayoría; los que pagan su acreditación como los demás y a los que se les ve esforzarse de modo ilusionado e inaudito.
Unas Instituciones no pueden permitir a este Director maltratar así a la prensa, en un acontecimiento cultural y abierto, en una Euskadi muy democrática que lucha por equiparar derechos sociales de género, personas, grupos sociales.... también con la prensa. Todo esto lo ha traído Rebordinos. Nunca jamás hemos tenido que vernos en situaciones tan lamentables y lacerantes de discriminación. Y si los trabajadores de la prensa desean ir a tomar una copa o disfrutar de las fiestas ¿Por qué no pueden hacerlo? Se lo merecen más que muchos que nada tienen que ver con el Festival y son compromisos interesados de un evento que es grande, entre otros, gracias a los de la Tarjeta Verde, pero que con esta intolerancia se queda pequeño. Los de la Tarjeta Verde...  ¡Que informen y a la calle lo antes posible!


 Es peor hoy con Rebordinos que con aquel Régimen franquista. Con Franco los que no eran de la casta o no llevaban pajarita, entraban por la puerta de atrás. Con Rebordinos, por ninguna, en muchos eventos. Cualquier encuentro en el Festival era más abierto y el trato más cercano, menos discriminado y más tolerante y agradecido para con la mayoría de la prensa que con Rebordinos. Marchados Galán y Olaciregui, este señor, ha creado un ghetto  donde muchos no tenemos cabida. Lo que yo le he denunciado hace varios años, ya periodistas se lo espetan al Zinemaldia en ruedas de prensa.
Señores de las Instituciones, no hay cabida, para este sujeto, en un Festival internacional democrático y del siglo XXI. Yo incluso le he dado la oportunidad en la emisora de explicar el por qué de mi expulsión y no ha respondido. ¡Tienen ustedes que cortar esto ya! Aunque muchos pobres de la prensa se callan y no lo denuncian, tienen miedo a que les ocurra lo que a mí me están haciendo padecer; pero, cuando se van, lo comentan y dan muy mala imagen de esta ciudad inmensa y maravillosa que un día creó este Festival gracias al empuje del comercio y fuerzas culturales de la Ciudad de Donostia. Una maravilla que ahora está en manos de un señor sectario que expulsa a periodistas, incluso a compañeras mías sin razón que no sea el haber estado conmigo.
Nunca me dio oportunidad de conocer los cargos, de su procedencia, de poder rebatirlos, de defenderme en suma. Y me expulsó porque no me gusta su Festival y porque lo cuento a los demás. Y encima me advierte que el año próximo vaya otra persona más capaz y cívica que yo en el equipo; esto ya es intolerable. ¡Pido amparo a las Instituciones! Un periodista no puede ser tratado así por un eventual director de un evento que lo pagamos tod@s.
RUEDA DE PRENSA SE ADVIERTE SOBRE  EL SECTARISMO DEL FESTIVAL HACIA LA TARJETA VERDE.



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